Cuentas IRA: guía para entender estos planes de retiro

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Planificar el futuro financiero es una de las decisiones más importantes que se pueden tomar, especialmente cuando se trata del retiro. En Estados Unidos, una de las herramientas más utilizadas para este fin son las cuentas IRA, un tipo de cuenta diseñada específicamente para fomentar el ahorro a largo plazo con beneficios fiscales.

Las cuentas IRA (Individual Retirement Accounts) son cuentas de ahorro para el retiro que permiten invertir dinero con ventajas tributarias. Estas consisten en guardar e invertir fondos de forma voluntaria, con el objetivo de contar con un respaldo económico en la etapa de retiro. Estas cuentas se pueden abrir sin la necesidad de tener un empleador.

En este artículo te explicaremos de forma clara y sencilla qué son las cuentas IRA, cómo funcionan, quién puede abrir una, dónde se pueden contratar, sus ventajas y desventajas, y en qué se diferencian de otros planes de retiro.

¿Qué es una cuenta IRA?

Una cuenta IRA o Cuenta de Jubilación Individual (Individual Retirement Account), es un tipo de cuenta diseñada para ayudar a las personas a ahorrar dinero para su retiro. Su principal ventaja es que ofrece beneficios fiscales, es decir, permite pagar menos impuestos mientras se ahorra para el futuro.

A diferencia de otros planes de jubilación que suelen ofrecer los empleadores, las cuentas IRA pueden ser abiertas por cualquier persona que cumpla con ciertos requisitos, sin necesidad de estar vinculada a una empresa. Esto las convierte en una opción accesible para trabajadores independientes, personas con empleo por cuenta propia, o quienes simplemente desean complementar su plan de retiro.

En una cuenta IRA, el dinero que se aporta puede crecer con el tiempo gracias a inversiones, como acciones, bonos o fondos. Según el tipo de IRA, los beneficios fiscales pueden aplicarse al momento de hacer los aportes o al momento de retirar el dinero durante la jubilación.

Por lo tanto, la definición de una cuenta IRA hace referencia a una herramienta útil y flexible para construir un fondo de ahorro a largo plazo, con el objetivo de contar con estabilidad económica durante el retiro o la jubilación.

¿En qué consiste una cuenta IRA?

El funcionamiento de una cuenta IRA es bastante sencillo si se analiza paso a paso. La idea principal es que la persona aporte dinero a la cuenta de forma regular, y ese dinero se invierte para que crezca a lo largo del tiempo hasta el momento de la jubilación.

Aportes a la cuenta

Cada año, se puede depositar una cierta cantidad de dinero en la cuenta IRA, conocida como “aporte anual”. Este monto tiene un límite máximo establecido por el gobierno, que puede variar con el tiempo. Generalmente, solo se puede aportar si se tienen ingresos por trabajo, ya sea como empleado o trabajador independiente.

Inversiones

El dinero que se deposita en la cuenta no queda guardado sin movimiento. Se puede invertir en diferentes instrumentos financieros, como acciones, bonos, fondos mutuos, entre otros. Esto permite que los fondos crezcan con el tiempo, dependiendo del rendimiento de las inversiones.

Beneficios fiscales

Una de las principales razones para usar una cuenta IRA son los beneficios fiscales. Dependiendo del tipo de cuenta (por ejemplo, Tradicional o Roth), los aportes pueden:

  • Reducir el monto de impuestos que se paga actualmente (en el caso de una IRA Tradicional).
  • O bien permitir retirar el dinero libre de impuestos en la jubilación (en una Roth IRA).

Retiros

Aunque el objetivo es usar el dinero durante la jubilación, es posible retirar fondos antes. Sin embargo, hacerlo antes de cierta edad (generalmente 59 años y medio) puede generar impuestos y penalizaciones, salvo en casos especiales autorizados por la ley.

En resumen, una cuenta IRA funciona como una forma de ahorrar a largo plazo, con la ventaja de que el gobierno ofrece incentivos fiscales para motivar a las personas a planificar su futuro financiero.

Diferencias generales con otros planes de retiro

Las cuentas IRA son solo una de las varias opciones disponibles en Estados Unidos para ahorrar con miras a la jubilación. Otros planes comunes son el 401(k) y el 403(b), que generalmente se ofrecen a través de los empleadores. A continuación, te explicamos las diferencias más importantes de manera general.

Quién puede abrirlas

  • IRA: Puede ser abierta por cualquier persona que tenga ingresos por trabajo, sin necesidad de depender de un empleador.
  • 401(k) y 403(b): Son planes que ofrecen algunas empresas u organizaciones a sus empleados. No se pueden abrir por cuenta propia.

Quién administra el plan

  • IRA: El titular de la cuenta elige dónde abrirla (banco, corredora de bolsa, etc.) y tiene más control sobre las inversiones.
  • 401(k) y 403(b): La empresa suele seleccionar el proveedor del plan y limita las opciones de inversión disponibles.

Límites de aporte

  • IRA: Tienen un límite de aportes más bajo cada año.
  • 401(k): Permiten aportar más dinero anualmente, lo que puede ser útil para quienes desean ahorrar más rápido.

Aportes del empleador

  • IRA: No permite aportes del empleador en las cuentas personales estándar (aunque algunos tipos especiales sí los permiten, como la SEP IRA).
  • 401(k): Muchas empresas ofrecen igualar parte del dinero que el empleado aporta, lo que significa un ahorro adicional sin costo para el trabajador.

Flexibilidad

  • IRA: Ofrece más libertad para elegir dónde invertir y cambiar de proveedor si se desea.
  • 401(k): Tiene más restricciones y está vinculado al empleo. Si una persona cambia de trabajo, deberá trasladar su plan (por ejemplo, a una IRA) si desea mantener el control.

Finalmente, mientras que los planes como el 401(k) están pensados para ser gestionados dentro del ambiente laboral, las cuentas IRA son una opción más personal y flexible que cualquier trabajador puede abrir por su cuenta. Ambos tipos de planes pueden complementarse, y muchas personas utilizan ambos para construir un ahorro más sólido para su jubilación.

Tipos de cuentas IRA

Existen varios tipos de cuentas IRA, y cada una tiene reglas diferentes sobre cómo se aportan los fondos, cómo se pagan los impuestos y quién puede acceder a ellas. A continuación, te presentamos los principales tipos:

IRA Tradicional

Es la forma más común de cuenta IRA. Permite hacer aportes con dinero antes de pagar impuestos (dependiendo del ingreso y si se tiene otro plan de retiro). El dinero crece sin pagar impuestos mientras está en la cuenta, pero al momento de retirarlo en la jubilación, se pagan impuestos sobre ese monto como si fuera ingreso regular.

Ideal para quienes buscan reducir su carga tributaria actual.

Roth IRA

En este tipo de cuenta, los aportes se hacen con dinero ya tributado, es decir, después de pagar impuestos. La gran ventaja es que, si se cumplen ciertos requisitos, los retiros durante la jubilación son libres de impuestos, tanto el dinero aportado como las ganancias que haya generado. Ideal para quienes creen que pagarán más impuestos en el futuro o buscan retiros libres de impuestos.

SEP IRA

Es una opción pensada para trabajadores independientes y pequeños empleadores. Permite hacer aportes más altos que una IRA tradicional, y solo el empleador realiza aportes en nombre del trabajador (aunque este también puede ser el propio dueño del negocio). Ideal para quienes trabajan por cuenta propia o tienen un pequeño negocio.

SIMPLE IRA

Está diseñada para pequeñas empresas con pocos empleados. Permite que tanto el empleador como el empleado hagan aportes. Tiene reglas más simples que otros planes de empresa, pero también límites más bajos en comparación con un 401(k).

Ideal para pequeñas empresas que quieren ofrecer un plan de retiro sin tanta complejidad administrativa.

Cada tipo de cuenta IRA tiene sus propias ventajas y requisitos. La elección dependerá del perfil de ingresos de la persona, su situación laboral y sus metas de ahorro para la jubilación.

Ventajas y desventajas de las cuentas IRA

Antes de abrir una cuenta IRA, es importante conocer sus beneficios y también las limitaciones que puede tener. Esto te ayudará a tomar una decisión más informada sobre si es el tipo de cuenta de retiro adecuada para ti.

Ventajas de las cuentas IRA

  • Beneficios fiscales: Una de las principales razones para usar una cuenta IRA son las ventajas en impuestos. Dependiendo del tipo de cuenta, puedes pagar menos impuestos ahora o evitar pagar impuestos al retirar el dinero en el futuro.
  • Ahorro para el futuro: Las cuentas IRA están pensadas para ayudarte a construir un fondo para la jubilación, lo que es clave para mantener estabilidad financiera en el largo plazo.
  • Control sobre las inversiones: Puedes elegir cómo invertir el dinero dentro de la cuenta, seleccionando entre acciones, bonos, fondos mutuos y otros instrumentos, según tus objetivos y tolerancia al riesgo.
  • Accesibles para muchas personas: No necesitas trabajar para una empresa que ofrezca un plan de retiro. Cualquier persona con ingresos por trabajo puede abrir una IRA por su cuenta.
  • Posibilidad de combinar con otros planes: Puedes tener una cuenta IRA además de un plan 401(k) u otro plan ofrecido por tu empleador, lo que permite ahorrar más para la jubilación.

Desventajas de las cuentas IRA

  • Límites de aporte: Las cantidades que puedes aportar cada año están limitadas y son menores que en otros planes, como el 401(k).
  • Penalizaciones por retiros anticipados: Si necesitas retirar dinero antes de los 59 años y medio, podrías tener que pagar impuestos y una multa adicional, salvo en algunas excepciones específicas.
  • Requisitos según el ingreso: En el caso de las Roth IRA o para deducir los aportes a una IRA Tradicional, existen límites de ingresos que podrían afectar tu elegibilidad o los beneficios fiscales.
  • Obligación de retiros en la jubilación: Algunas cuentas, como la IRA Tradicional, exigen que comiences a retirar dinero a cierta edad (llamado retiro mínimo obligatorio), lo que puede afectar tu planificación si no necesitas los fondos de inmediato.

¿Quién puede abrir una cuenta IRA?

Abrir una cuenta IRA es relativamente sencillo, pero existen ciertos requisitos básicos que debes cumplir para poder hacerlo. A continuación, te explicamos quiénes pueden acceder a este tipo de cuenta de retiro.

Personas con ingresos por trabajo

Para poder aportar a una cuenta IRA, necesitas tener ingresos obtenidos por trabajo. Esto incluye sueldos, salarios, honorarios o ingresos por cuenta propia. No puedes aportar dinero que provenga exclusivamente de inversiones, pensiones o beneficios del gobierno.

  • Empleados: Si trabajas para una empresa y recibes un salario, puedes abrir una cuenta IRA.
  • Trabajadores independientes: Si trabajas por cuenta propia (como freelancer, contratista o pequeño empresario), también puedes abrir una cuenta IRA e incluso acceder a versiones diseñadas especialmente para este tipo de trabajadores, como la SEP IRA.

Edad

  • No hay edad mínima: Incluso los menores de edad pueden tener una IRA, siempre que tengan ingresos por trabajo y un adulto abra la cuenta en su nombre (cuenta custodial IRA).
  • No hay límite de edad para aportar: Anteriormente había un límite de edad para contribuir a una IRA Tradicional, pero hoy puedes seguir haciendo aportes mientras tengas ingresos por trabajo, sin importar cuántos años tengas.

Límite de ingresos (aplica en algunos casos)

En el caso de las Roth IRA, existen límites de ingresos para poder aportar, que varían según el año y el estado civil. Si ganas más allá de ese límite, podrías no ser elegible o solo poder aportar una parte. Para las IRA Tradicionales, también puede haber restricciones si tú o tu cónyuge tienen otro plan de retiro en el trabajo y tus ingresos superan ciertos niveles, lo que podría afectar si puedes deducir los aportes de tus impuestos.

En resumen, cualquier persona con ingresos obtenidos por trabajo puede abrir una cuenta IRA. Sin embargo, es importante revisar las condiciones específicas de cada tipo de cuenta para asegurarte de que calificas y puedas aprovechar al máximo sus beneficios.

¿Dónde se puede abrir una cuenta IRA?

Abrir una cuenta IRA es un proceso relativamente sencillo y hoy en día existen muchas opciones para hacerlo, tanto de forma presencial como en línea. A continuación, te explicamos los principales lugares donde puedes abrir una cuenta IRA y qué debes considerar en cada caso.

Bancos y cooperativas de crédito (credit unions)

Estas instituciones financieras tradicionales ofrecen cuentas IRA, normalmente con opciones de inversión más conservadoras, como certificados de depósito (CDs) o cuentas de ahorro para la jubilación.

  • Ventajas: Seguridad, estabilidad y fácil acceso.
  • Desventajas: Menor variedad de opciones de inversión y rendimientos generalmente más bajos.

Corredoras de bolsa (brokerages)

Firmas como Fidelity, Charles Schwab, Vanguard, E*TRADE, entre otras, permiten abrir cuentas IRA con acceso a una gran variedad de inversiones, como acciones, bonos, fondos mutuos y fondos indexados.

  • Ventajas: Mayor flexibilidad y control sobre las inversiones, opciones de bajo costo.
  • Desventajas: Puede requerir más conocimiento o asesoría financiera para tomar decisiones.

Asesores financieros y firmas de inversión

Muchos asesores financieros o empresas de gestión de patrimonio también ofrecen servicios para abrir y administrar cuentas IRA, brindando orientación personalizada según tus objetivos.

  • Ventajas: Atención personalizada y planificación profesional.
  • Desventajas: Suelen cobrar tarifas más altas por la asesoría o la gestión de los fondos.

Plataformas en línea o apps de inversión

Hoy existen plataformas digitales (como Betterment, Wealthfront, Robinhood, entre otras) que permiten abrir una cuenta IRA desde una aplicación móvil o sitio web, de forma rápida y con comisiones bajas o incluso sin comisiones.

  • Ventajas: Comodidad, tecnología amigable y bajos costos.
  • Desventajas: Menor asistencia humana y menos opciones de inversión complejas.

Recomendación: Antes de abrir una cuenta IRA, es importante comparar las opciones disponibles según tus necesidades, nivel de conocimiento financiero y objetivos de ahorro para la jubilación. También conviene revisar las tarifas, la oferta de inversiones, y la calidad del servicio al cliente.

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